Esta vez ha sido en la diócesis de Jaen, concretamente en Menjibar donde ha sido ordenado para el diaconado permaennte Jesús Beltrán, un profesor de religión que está casado y es padre de cuatro hijos.
Es bueno ver cómo el número de los diáconos permanentes sigue creciendo, y aquí nuevamente vemos que se repite la unidad entre el diaconado permanente y los profesores de religión.
Tal vez porque mi vocación y profesión coincide con la de Jesús, que nos hizo reflexionar si tras el compromiso con los chicos y chicas en las aulas, el Señor no nos estába pidiendo algo más para comprometernos con su Buena Nueva.
Esto nos recuerda que hayan parroquias donde estamos teniendo problemas a la hora de convocar a catequistas, porque nos faltan o sencillamente no los tenemos; y sin embargo las plazas de profesores de religión de sus escuelas están más que cubiertas.
Esperemos que este interrogante ilumine alguna conciencia de los profesores y se planteen un poco más su verdadera vocación y comprendamos que la Iglesia es cosa de todos y Casa de todos, no solo de los ordenados. El bautismo nos hizo cristianos y ello nos exige ser misioneros, evangelizadores de los demás. Como nos dijo S. Juan Pablo II: "Proclamar a Cristo no es solo un deber sino un privilegio".
Por eso en la parte que a cada uno corresponda, a ver si nos enorgullecemos más de ser braceros del Evangelio y no "bocacionados" de la asignatura de religión.
Te felicitamos Jesús, por la ordenación, a tu familia, que también han sido elegidos por el Señor, y a tu comunidad parroquial. Y a ver si se sigue el ejemplo.
Recibe un abrazo desde la diócesis de Orihuela-Alicante
Manuel Cosme.
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