¡Hola!:
Me llamo José Antonio y soy esposo de Mª Carmen 24 años. Tenemos dos hijas de 23 y 21 años y soy profesor de Geografía e Historia en instituto de San Vicente.
Cuando hace cuatro años solicitamos a nuestro obispo, Mª Carmen y yo, que admitiera a la formación para ser diácono permanente, iniciamos un proceso formativo que terminará cuando el señor obispo me llame en la ordenación.
Actualmente, e estoy preparando junto a ocho compañeros más para se llamados un día a continuar esta labor de servicio a la iglesia (diácono significa servidor) que inició el primer mártir de la Iglesia, el diácono San Esteban y que continuó el patrón de Valencia, el también diácono mártir, San Vicente.
Cinco años median entre la admisión y la ordenación, En este tiempo, hemos de estudiar, como mínimo la diplomatura de Estudios Eclesiásticos, que son tres años, aunque algunos de los diáconos ya ordenados hicieron la licenciatura de cinco años.
La formación de cinco años consta de un curso introductorio, en el que reflexionamos sobre la vocación diaconal, tres cursos de formación teológica, litúrgica, espiritual y pastoral, a base de charlas, convivencias, retiros espirituales y un año de pastoral, antes de ser ordenados, en el que revisamos la liturgia y pastoral propias del servicio diaconal, antes de la ordenación.
No creáis que la formación termina ahí.
Con nuestras esposas, tenemos retiros espirituales, convivencias, asistimos a cursillos de ministros de la palabra o de la Eucaristía, ya que nuestro futuro ministerio, les implica a ellas. Mª Carmen, yo, somos catequistas en nuestra parroquia, nos encargamos de los Prebautismales y sabemos que algún diácono, se encarga de los Cursillos Prematrimoniales, junto con su esposa en su parroquia y otros compañeros están muy implicados juntamente con sus esposas en la pastoral de sus parroquias.
Este curso, inicia el año introductorio (propedéutico) un señor de Alicante, en el primer curso hay otro de Elche, en cuarto, somos tres, de Alfàs del Pí, Petrer y Alicante, en quinto son dos de Villena y Orihuela y quedan un compañero de Crevillent, que está esperando para ser ordenado.
Como veis, somos un pequeño grupo que con ilusión, nos hemos metido en este servicio, que después de muchos siglos, se ha restaurado en la Santa Iglesia.
Todos tenemos nuestro trabajo civil, porque a excepción de dos profesores de Religión, entre nosotros hay un repartidor de productos alimenticios, dos profesores de Matemáticas e Historia, dos sanitarios, un empleado de servicios de limpieza, tres administrativos, un gestor, un periodista, un agente de seguros y algún otro trabajo que no recuerdo.
Como nuestra futura labor y la de los ya ordenados, es un servicio al clero y al resto de la comunidad cristiana, sabemos que sin vuestra ayuda, nada podemos, por eso unidos en la oración, “edifiquemos todo en Cristo”, como decía San Pío X, para que juntos podamos hacer que: “Venga a nosotros tu Reino”, que dijo Nuestro Señor, primer diácono, al lavar los pies de los Apóstoles.
Un abrazo.
José Antº Garrido
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